Nuestra Historia
Un legado familiar de tradición y pasión por el vino.




Sobre nosotros
La historia de nuestra bodega nace entre viajes, encuentros y herencias que cruzan generaciones. Comienza con la llegada de nuestros abuelos italianos a la Argentina, inmigrantes que, tras la Segunda Guerra Mundial, buscaron una nueva vida y se asentaron en Haedo, en el oeste del conurbano bonaerense. Allí, Ana, hija de italianos, y Raúl, hijo de una riojana y un entrerriano, se conocieron y comenzaron una vida marcada por el amor a la tierra y la familia.
Hace 37 años, Raúl soñaba con tener un lugar en el campo, un espacio donde sembrar no solo raíces, sino también proyectos. Recorrió distintas zonas de Buenos Aires hasta que, en uno de esos viajes en tren rumbo a Mercedes, el destino se detuvo en el lugar justo: Olivera. El tren se frenó allí inesperadamente, y lo que empezó como una pausa se transformó en una elección de vida. Así conoció la historia del pueblo, marcada por un capítulo clave de la historia argentina: la Batalla de Olivera de 1880, donde se enfrentaron las fuerzas provinciales y nacionales por la organización del país. Un lugar donde los caminos se cruzan, como también lo haría nuestra historia familiar.
Allí comenzó Huerque, una casa de campo de fines de semana y eventos. Un espacio que se convirtió en el corazón de nuestra historia, frecuentado por los abuelos de todas las ramas: los italianos, los riojanos y los entrerrianos. Entre comidas compartidas, trabajo de campo y tardes al aire libre, creció una forma de vivir donde la tierra y los vínculos lo eran todo.
Entre todas esas memorias, la pasión por el vino fue un hilo conductor. El nono Valentín, inmigrante italiano, elaboraba vino casero. Lo hacía con su yerno, transmitiendo en cada vendimia familiar mucho más que una receta: una forma de entender el tiempo, el trabajo y la celebración.
Hoy, esa pasión se transforma en proyecto. Nuestra bodega reúne todo lo vivido: la tierra de Olivera, la tradición vinícola de los nonos, la visión de Raúl, y el impulso de una nueva generación que honra sus raíces y, al mismo tiempo, busca su propio camino.
El nombre Campo Basso rinde tributo a ese legado. Hace referencia a Campobasso, el pueblo italiano del que vinieron nuestros abuelos, pero también a la realidad geográfica de nuestro proyecto: los campos bajos de Buenos Aires, donde crece esta nueva vitivinicultura que apuesta a lo inesperado, lo auténtico y lo propio.
En Olivera, partido de Luján, se encuentra nuestra casa. Un pueblo marcado por la historia, el campo y hoy también, por el vino.
Este proyecto une las raíces, el origen y la pasión por el vino de Raúl y de sus hijos. Es la expresión viva de una herencia familiar, una fusión entre nuestras raíces italianas y las del interior profundo de nuestro país, que se proyecta hacia el futuro con respeto, compromiso y una mirada propia.
